Me decías que te mirara, y yo lo hacía fijamente. Decías que querías tocarme, y hacerme sentir vivo, que me llevarías a la ciudad, que volveremos a correr entre la gente y que pasaríamos desapercibidos, tal y como lo hacíamos antes.
Y me abrazaste, y fue uno de esos abrazos que son tan fuertes que hasta te cuesta respirar, de esos que incluso no tienen motivo, y se dan solo porque tienen ganas de nacer.
Esa ntarde nos abrazaríamos, y nos hubieramos sentido tan bien, y la gente hubiera pasado, nos vería y seguro seguirian viviendo, pero jamás volverían a ver una escena como esa en sus vidas. Por que nuestro amor, hubiera sido de esas historias que transpasan los años.
HERMOSO ESCRITO. ESTOY EN ESE MINUTO DE SOLEDAD, PERO A MI LADO NO ESTÁ EL ABRAZO. SINO SOLO EL ECO INSOPORTABLE DE MI ALMA.
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