La capital Michoacana no podía ser más hermosa, esta ciudad señorial guarda la elegancia en sus edificios virreinales.
Su arquitectura colonial y barroca nos recuerda que tuvo gran importancia en otras
épocas.
En su ambiente se puede sentir como se transforma en cuanto transcurre la tarde, como cuando amanece y las palomas comienzan a salir de sus nidos. Así es la gente moreliana, que sabe disfrutar su espacio.
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