Cada que llegue la noche,
voy a construir una escalera,
voy a trepar a los árboles, que se mueven y a repetir a los vientos que soy libre.
Y aunque tal vez no me comprendan, quiero que mi cuerpo no espere.
Quiero ser espuma, como un perro a la deriva que se esfuma, entre los escasos vientos de la primera muda.
- ¿Porque las flores no florecen en esta estación?, -me pregunto
- Es que ya no es como antes, -alguien entre el viento me responde susurrando a mi pregunta.
Entonces, dibujaré a las ramas su cordura, sus retoños, sus plantas, sus aromas.
Sus pétalos, sus flores, sus abejas.
Su polen. Su vida.
-¿Y que espero yo de todo esto?, -me pregunto al terminarse las doce de la noche.
-Solamente quiero yo pasar el tiempo, hasta terminar el último escalón de mi escalera.
-Solamente quiero yo llegar al cielo, y perderme entre millones de luceros, que existen, pero que nadie quiere verlos.
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