domingo, 19 de octubre de 2014

Hipocondria y Patetismo

Mañana no voy a querer contar lo que pasó, porque se inundarán de nuevo mis párpados de penas.
Una de mil palabras duele cuando entre los labios se pronuncia y de inmediato, buscas un refugio para esconderte entre la sombra, que fría, te desaparece el alma. La abraza, se adentra y te consume. La envuelve, la encierra y la fragmenta y se traga todo tu calor.
Y le llamarás por su nombre y te costará despertar cada mañana, cada tarde, cada hora que respiras. Y tu mente viajará constantemente y tu alma morirá probablemente, pero tú seguirás vivo mientras bautizas cada instante con el nombre de Melancolía.

sábado, 13 de septiembre de 2014

Texto: Lo que nunca sobró.

Fue un asunto breve, pero lleno de ideas que emergieron a su cerebro en menos de cinco minutos.
Fue una copa de vino tinto y una ligera charla entre risas a las once de la noche. Con un poco de tráfico allá afuera, con un poco de smog por la ventana, con un poco de prisa por ir a conocer aquellas sábanas que había comprado en Praga.
Pero algo faltó, faltó un buenas noches o tal vez una mirada, o no se, tal vez faltó contarle su último viaje a la playa o confesar el sabor de su fruta favorita de cada mañana. Porque con los años, faltaron las ganas de cuidarse, de decirse como anuncios lo que sienten, lo que cada caricia les provocaba o esta, no les provocaba.
Faltó suicidarse en cada pelea para luego revivirse en la azotea, a besos, a sexo.
Faltó una visita repentina a su ciudad, a su casa, a él y a su persona.
Faltó quererlo más, faltó entenderlo más, Faltó dejar un poco el mundo por él o compartir el mundo con él.
Faltaron las ganas de demostrarle al mundo quien eres.



jueves, 7 de agosto de 2014

Ilustración y texto; Máscaras






Máscaras

Venia de enterrar a mi pasado,
En una capsula de vientos arrebolados,
Empapados de recuerdos, que mudos, me llevaban a un camino “enquebrantado”.
Llegaba de correr por la orilla de aquel mar donde aprendí a caminar con los ojos cerrados.
A veces tan cerrados, a veces tan abiertos, a veces ni sabía dónde mis pies posaban las plantas, que heridas, ya no me dolían.
A veces cerraba los ojos y tú ya estabas ahí esperando mi regreso, A veces solo un perro caminaba por la esquina.

Venia tirando a la basura las fotografías de todos esos días,
Llegaba a recoger las esperanzas que la gente descuidada tiraba cuando lloraba.

Pero siempre sabia, que tú ya no regresarías, porque te encontraste algo distinto, algo que ni lo más auténtico de mi te brindaría, algo que jamás inventaría, algo que jamás provocaría.
Algo que nos marca y que nos hace humanos hasta el resto de nuestros días.

martes, 29 de julio de 2014

Ilustración Willie The Simpson

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Elementos



Elementos


Era un sentimiento que tenía un motivo, una razón para poder ser y que te descubrieran y descubrir y ser único...

Era una idea cada madrugada de volver a pensarte y hacer que las horas no fueran más eso, sino menos cotidianidad, más escombros por levantar.

Y si pudiera poner mis pies nuevamente en ese sitio, volvería a gritarte que te quiero y me desplomaría en mil palabras que, escuchándolas una y otra vez, no tendrían ningún sentido si tú, siguieras escondiéndote bajo la inercia de no tener que escuchar más, de no escucharme mas.

Y que mientras todos bailan allá afuera, la noche pide a gritos que la escuchen...










viernes, 11 de abril de 2014