domingo, 19 de octubre de 2014

Hipocondria y Patetismo

Mañana no voy a querer contar lo que pasó, porque se inundarán de nuevo mis párpados de penas.
Una de mil palabras duele cuando entre los labios se pronuncia y de inmediato, buscas un refugio para esconderte entre la sombra, que fría, te desaparece el alma. La abraza, se adentra y te consume. La envuelve, la encierra y la fragmenta y se traga todo tu calor.
Y le llamarás por su nombre y te costará despertar cada mañana, cada tarde, cada hora que respiras. Y tu mente viajará constantemente y tu alma morirá probablemente, pero tú seguirás vivo mientras bautizas cada instante con el nombre de Melancolía.