Taller de Diseño Tridimensional: Maqueta Proxemística, estructura de pared.

Libre pero incompleto

Al menos camine por las vías con alguien a quien amé, eso me hizo sentir bien y libre.

Un amor para siempre.

Recuerdo ese amor como si hubiera sido ayer, como si todavía pudiera tocarlo, olerlo, sentirlo y pedirle, aún cando ya estabamos abrazados, que todavía se acercara más a mi.
El primer día es como el ayer de siempre, porque siempre es como si ayer hubiera sido ese día, el primero, cuando resurgi de unas cenizas que ni yo quería levantar.

Y se que tal vez soy muy tonto por aferrarme a ese primer día todos los días cuando pienso en él, pero es lo que tengo, es mi esperanza de seguir expresándome y sentirme querdio. Ese amor que siempre me hizo falta que de pronto apareció un 31 de Agosto por la noche.

No soy una persona de muchos amores, me ha visto fracasar siempre que lo intento, pero esta vez, esta vez me enamoré, no fue curiosidad, ni terquedad, ni obsesión. Esta vez fue encontrar a un compañero más allá que cualquier amorío, un confidente,.


Hay veces que sientes que hay que crecer, pero que sabes que siempre vas a vivir con la nostalgia, porque tu creías que en realidad era algo real, sincero y que trasendía cualquier palabra, acción y sufrimiento. Pero sabes que idealizar no lleva a ningún lado. Sabes que las personas se cansan, se fastidian, llegan a un punto en el que prefieren su propia felicidad. Porque pensar en una felicidad mutua es como pensar que el cielo va a ser el suelo.

El mundo no entiende que yo solo quiero su amor, pero yo no entiendo que yo solo necesito su compañía y nada más, nada más importa, nada más anhelo, que el siga siendo parte de mi y viceversa.

1eras Láminas de taller de Tridimensional

Sucesión de Fibonacci

Proporción Áurea - Número de ORO (.618)

Espiral de Durero

Postrado en esa cama, blanca. No sabía que hacer con mis pies, débiles, que de pronto, parecía que se movían por voluntad propia. Y entonces comencé a observar por la ventana, recordando, intentando recordar como era el sonido de un perro, de una rana o el canto del gallo en la mañana, una alarma que despierta a los muchachos en la madrugada.
Tan solo me paré, como si de pararse por las papas a la cocina se tratara. ¿Tenía dolor? ya no importaba. Estaba tan consciente de que esto apenas comenzaba. De que esto tenía nombre y apellido. Pero que yo, nunca lo reconocería, como un padre negando a su hijo bastardo.

En el pasillo del hospital, enfermeras, pacientes y doctores me miraban, pero nadie decía nada. Era como si la noticia se hubiera esparcido como el humo por todo el hospital y supieran que de no partir, me saldrían ramas en el cuerpo que se enlazarían en la cama dejándome postrado para siempre, en la misma cama, en el mismo cuarto, en el mismo espacio y extinguirme en un olvido que ni la nada quiere.

¿Cómo era mi mirada? sencillo, ¿alguna vez han visto a un perro minutos antes de llevarlo a inyectar?


¿Que diferencia hay entre el suicidio y la muerte lenta por tristeza? No lo se, pero yo al principio me sentía como cuando a los dieciséis años me quería suicidar pero no sabía como ni exactamente el por qué. Solo que algún día iba a hacerlo, algún día iba a morir. Hoy se que la única diferencia entre hace cuatro años y ahora, es que se que voy a morir el 4 de Septiembre del año que viene.