jueves, 13 de mayo de 2010

El Ave Soneto



Hoy se que éstas marcas jamás se van a borrar,
hoy se que el hambre es insaciable
y que el hombre tiene que morir


Sé que no me gusta volar, pero quiero hacerlo, no hay motivos, solo desgracias de las cuales huir. Pero, hoy no tengo oídos para eso, sólo latidos, absurdos latidos que no tampoco quiero.
Y en mi pecho, se siguen escuchando con terrible estruendo.

Pero también la felicidad es insaciable, como un monstruo que siempre pide y quiere más aunque exprima al ser humano y lo deje en agonías o en los huesos.

No me hables más, no tengo ganas de escucharte ni de mi.

Hoy ya no puedo decirme nada, solo estoy y parado frente a la ventana viendo al sol o a la luna o a la nada, no hay razones, hoy no las hay, no existen, jamás existieron, no hay nada, solo no hay nada.

Soledad, tampoco hay soledad, se la comieron los cuervos por la noche, si es que existe, por que hoy ya no puedo estar de pie, me tiemblan las rodillas, las piernas, el alma, me desgajo, me pierdo, me ciego, me extingo.

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