jueves, 3 de marzo de 2011

Goodbye adolescencia.
















Cuando te duermes, te despides con una mirada al espejo o de reojo.

Una automirada, que tal vez dice poco, o que tal vez no dice nada,

pero cuando te acuestas vuelas,

y quisieras no volver jamás,

y te vuelves loco y no razonas más.

Con el tiempo, creces y te das cuenta de lo que has dejado atrás.

Centímetros has dejado ya bajo las sábanas de tu cama, ideas, pensamientos, creencias, amores.

A la mañana siguiente, sacudes un montón de adolescencia que se desechará al bote de basura cuando barras tu cuarto.

Y te volverás a ver al espejo, piel nueva, pelo nuevo, una mirada nueva.

Tus ojos ya no enfocarán lo mismo que ayer, por que seguramente la ropa que usabas ayer, hoy ya no te queda y seguirás creciendo, pero seguirás caminando por la misma acera hasta que encuentres con que o con quien toparte y tu camino cambiará. Una pasión, una canción o un amor y ya no serás igual.

Y si no fuera por que sabes que eres tu todos los días, seguramente ya no te reconocerías.

Y a veces quisieras desnudarte o volver a jugar en el jardín. O simplemente volver a embarrarte de lodo y llorar.

Pero mañana es diferente, mañana estarás dentro de otra realidad, en la cual querrás salirte, querras volverte loco o querras bailar, pero te aferrarás a ella por que sabes que estas vivo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario